jueves, 12 de enero de 2017

TIP: Cómo decir a un amigo que no está invitado a tu boda

CÓMO DECIR A UN AMIGO QUE NO

 ESTÁ INVITADO A TU BODA


Consejos para afrontar esta situación



Hoy en día tenemos diferentes tipos de amigos: están los amigos de toda la vida, aquellos que te conocen desde que eras pequeño y que te han acompañado en todos los momentos; están también los amigos de la universidad, aquellos con los que pasaste los mejores años de tu vida y con los que formaste un vínculo especial; los amigos de verano, a los que ves una o dos veces al año y es como si no hubiera pasado el tiempo; los amigos de trabajo, que más que amigos son compañeros, pero con los que igualmente compartes confidencias y preocupaciones; y por último, están aquellas personas que tienes agregadas en tu perfil de Facebook, de Tuenti, Twitter, LinkedIn o cualquier otra red social, que son conocidos pero que generalmente, no pasa de ahí vuestra relación.

De todas estas personas... ¿Cuáles consideras realmente que son tus amigos? Responder a esta pregunta te ayudará a elegir a los amigos que deseas que te acompañen el día de tu boda. 

Estás haciendo la lista de invitados. Has terminado con el grupo "Familia" y te dispones a confeccionar el de "Amigos". Tarea ardua y difícil donde las haya... Tienes muchos amigos y de muy distintos grupos. Comienzas poniendo los amigos que te vienen primero a la mente. Vas uno por uno: éstos son los testigos, este vendrá con parejas, éste no, de estos no puedo prescindir, éste me invitó a su boda; éste no me apetece pero sus padres son amigos de mis padres; con este no tengo relación pero está bien situado... 

Y llega el dilema: tienes una duda con ciertas personas, no sabes si invitarlos o no. Bueno, dejas la lista abierta y pasas al grupo de "Compromisos". Casi sin darte cuenta, la lista de compromisos es mayor que la de amigos... Cierras la lista. Es un buen momento para preguntarte si es realmente esa la boda que quieres tener. El siguiente paso será cómo enfrentar la situación con aquellos amigos a los que no has invitado. 

Hay novios o novias (bien por ellos) que sí que hacen frente a esta situación dándole normalidad: aprovechan la primera ocasión que comparten con los no-invitados para decírselo con toda la sinceridad del mundo. Independientemente de que las razones que les déis sean o no convincentes (que normalmente para quien recibe la no-invitación, nunca son razones de peso), ellos, los no-invitados agradecerán vuestra franqueza y el gesto de comunicárselo en persona, antes que enterarse por terceras personas. 

Pero hay otras parejas que no son valientes, que simplemente no dicen nada y dejan pasar el tiempo, cruzando los dedos para que nadie se vaya de la lengua y descubra el pastel, como coloquialmente se suele decir. Seguramente, los no-invitados acabarán enterándose tarde o temprano y esto les decepcionará más que el hecho mismo de no ser invitados. 

Poneos en su situación: sabes que tu amigo (bueno, el que tú SÍ consideras que es tu amigo, pero al parecer no es recíproco el sentimiento) se casa y todavía no te ha dicho nada. Al principio piensas que cualquier día suena el teléfono y te da la noticia, pero pasan las semanas y los meses, y de tu invitación no hay rastro. Habrá perdido mi teléfono, piensas. Sabes que algunos de tus amigos ya han recibido sus invitaciones (ellos, conocedores de tu situación, no te lo han dicho, claro, pero tú que eres muy observador te has fijado en que la lleva en la guantera del coche) y tú piensas que quizá ha tenido problemas para encontrar tu dirección o que quizás te guarde la tuya para el cumpleaños de un amigo en común, que es la última fecha en que os veréis antes de la boda. Pero tampoco es el caso. Admites que no has sido invitado y no entiendes el por qué. Finalmente, llega la boda y te enteras (bendito país de cotillas, piensas) que todo el grupo de amigos del que procedes (volvemos al principio del post) ha acudido al enlace menos tú. Difícil situación la tuya...

Y digo difícil porque a partir de este momento deberás pensar cómo actuar ante la pareja de novios la próxima vez que os encontréis. Será una situación incómoda sí, hipócrita también, pero en mi opinión, nada de retirar saludos ni de hacer feos, aunque sientas una decepción personal tremenda.

Cada uno es libre de invitar a su boda a quien quiera y los motivos o los criterios que cada pareja tenga para hacerlo o no hacerlo son siempre legítimos y personales. No hay ninguna obligación de invitar a tu boda a todos todos tus amigos, no hay reglas escritas sobre ello y más ahora, cuando cada vez más parejas apuestan por celebraciones íntimas.

A la hora de hacer la lista de invitados cada uno tiene que ser consciente de qué personas son las que realmente deseas que acudan a tu enlace, qué personas quieres que sean testigos de vuestro amor, qué personas os acompañarán en el día más feliz de vuestra vida. Pero eso es una tarea que compete a los novios y sólo a ellos. Poco o nada podemos hacer o decir los demás. 







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